Para que sirven las Enzimas Digestivas

Por Elena - Categorías : SUPLEMENTOS

Las enzimas son proteínas que participan en las reacciones químicas del organismo. Se producen de forma endógena, especialmente en el páncreas y otras glándulas endocrinas, y están presentes en alimentos crudos.

Propiedades de las enzimas digestivas

Pasan al tracto digestivo para descomponer los alimentos en sus nutrientes y luego pasan a la sangre. Las enzimas digestivas son enzimas que rompen los polímeros presentes en los alimentos en moléculas más pequeñas que puedan ser absorbidas con facilidad.

Las enzimas digestivas se encuentran en el tubo digestivo de los animales donde colaboran en la digestión del alimento, así como en el interior de las células, sobre todo en los lisosomas.

Existen enzimas digestivas en la saliva, en el jugo gástrico, en el jugo pancreático y en las secreciones intestinales

Existen aproximadamente de 20 tipos de enzimas clasificadas en 3 grupos principales:

  • Las lipasas: son enzimas específicas originadas en el páncreas que poseen la función de disociar los enlaces covalentes entre lípidos complejos llevándolos al estado de gliceroles y ácidos grasos asimilables por el organismo. Procesan las grasas.
  • Peptidasas o proteasas: Este grupo enzimático, que se origina en el estómago o en el páncreas, posee la capacidad de actuar sobre los enlaces peptídicos de las macromoléculas proteicas reduciéndolas a monómeros orgánicos denominados aminoácidos. Se encargan de las proteínas.
  • Amilasas o ptialinas: Las denominadas amilasas son aquellas enzimas con función de romper los enlaces glucosídicos entre monosacáridos dejándolos de forma individual, digamos que digieren los almidones.

Las enzimas son proteínas que se producen en los organismos vivos y que hacen posible que se lleven a cabo reacciones metabólicas. Existen diferentes tipos de enzimas: digestivas, metabólicas y dietéticas, si bien el déficit de enzimas digestivas es el que más afecta tanto a la digestión como a la absorción y aprovechamiento de los nutrientes.

Las enzimas adoptan una estructura tridimensional que permite reconocer a los materiales específicos sobre los que pueden actuar -substratos-. Cada una de las transformaciones, que experimentan los alimentos en nuestro sistema digestivo, está asociada a un tipo específico de enzima.

Estas enzimas son las llamadas enzimas digestivas. Cada enzima actúa sobre un sólo tipo de alimento, como una llave encaja en una cerradura. Además, cada tipo de enzima trabaja en unas condiciones muy concretas de acidez si no se dan estas condiciones, la enzima no puede actuar, las reacciones químicas de los procesos digestivos no se producen adecuadamente y los alimentos quedan parcialmente digeridos.

Las enzimas y la digestión

La Ptialina actúa sobre los almidones, proporcionando Mono y disacáridos. Se produce en la boca (glándulas salivares). Necesita para actuar un medio moderadamente alcalino.  

La Amilasa actúa sobre los almidones y los azúcares, proporcionando Glucosa. Se produce en el estómago y páncreas. Necesita para actuar un medio moderadamente ácido.

 La Pepsina actúa sobre las proteínas, proporcionando Péptidos y aminoácidos. Se produce en el estómago. Necesita para actuar en un medio muy ácido.

La Lipasa actua sobre las grasas, los acidos grasos y la glicerina. Se produce en Páncreas e intestino. Necesita para actuar en un medio alcalino y previa acción de las sales biliares.

La Lactasa actúa sobre la lactosa de la leche, la Glucosa y la galactosa. Se produce en intestino (su producción disminuye con el crecimiento). Necesita para actuar un medio ácido.

El proceso normal de digestión de los alimentos, mediante la acción de las enzimas, da como resultado nutrientes elementales (aminoácidos, glucosa, ácidos grasos, etc.) que asimilamos en el intestino y son aprovechados por el organismo.

Sin embargo, cuando las enzimas no pueden actuar o su cantidad es insuficiente, se producen procesos de fermentación y putrefacción en los alimentos a medio digerir. En este caso, son los fermentos orgánicos y las bacterias intestinales las encargadas de descomponer los alimentos.

La diferencia es que en lugar de obtener exclusivamente nutrientes elementales, como en el caso de la digestión propiciada por las enzimas, se producen además una gran variedad de productos tóxicos (indól, escatól, fenól, etc.). Estas sustancias también pasan a la sangre, sobrecargando los sistemas de eliminación de tóxicos del organismo.

Funciones de las enzimas

Cada grupo de enzimas posee unas funciones propias en el organismo.

Las enzimas digestivas permiten que el organismo absorba y aproveche los nutrientes que contienen los alimentos presentes en la dieta. Las enzimas metabólicas contribuyen a la eliminación de toxinas y sustancias de deshecho, además de ayudar al buen funcionamiento del sistema inmunológico, mientras que las enzimas dietéticas ayudan a que tengan lugar diferentes procesos digestivos además de contribuir al correcto funcionamiento de otras enzimas.

Causas de su deficiencia

La falta o destrucción de enzimas puede deberse a la existencia de ciertas enfermedades, al propio proceso del envejecimiento o a afecciones digestivas que afectan principalmente al estómago y al intestino.

Carencia de enzimas digestivas

Existen tres tipos de enzimas digestivas,

las proteolíticas, necesarias para digerir las proteínas;

las lipasas, para digerir las grasas;

y las amilasas, necesarias para digerir los hidratos de carbono. La mayor parte se forman en el interior de células presentes en la boca, el estómago, el páncreas y el intestino delgado, es decir, a lo largo del tubo digestivo y en glándulas anejas.

El déficit de estas enzimas afecta a la absorción y aprovechamiento de los nutrientes ya que las proteínas, hidratos de carbono y grasas, sin la presencia de enzimas, no pueden fraccionarse y dar lugar a sustancias más sencillas que puedan pasar al torrente sanguíneo para poder ser utilizadas por nuestras células. Además esto puede dar lugar a procesos de fermentación y putrefacción de los alimentos que han quedado parcialmente digeridos, lo que causa la aparición de distintos síntomas como dispepsia (digestiones difíciles), flatulencia o aerofagia (exceso de gases), problemas de la piel, astenia o fatiga, dolores musculares o articulares y reacciones alérgicas, entre otros. Un ejemplo de deficiencia de enzimas digestivas es la falta de lactasa en el intestino.

Esta enzima es la encargada de degradar la lactosa (azúcar de la leche), y su carencia provoca una intolerancia a la lactosa que cursa con flatulencia, diarrea y dolor e hinchazón abdominal. En este caso conviene eliminar o disminuir la cantidad de leche y otros alimentos que contienen lactosa de la dieta. Los yogures y los quesos curados y semicurados apenas contienen lactosa, por lo que se toleran bastante bien y resultan alimentos interesantes para cubrir las necesidades diarias de calcio, mineral imprescindible para el mantenimiento de la estructura ósea.

Las enzimas dietéticas, enzimas que forman parte de la composición de los alimentos, se destruyen en gran medida por la acción del calor, es decir, al asar, cocer, calentar o freír los alimentos. Por lo tanto los alimentos crudos van a ser la principal fuente alimenticia de enzimas, lo que hace importante que la dieta incluya buena cantidad de ensaladas y fruta fresca.

Existe por ejemplo enzimas proteolíticas, la bromelina y la papaína, que se encuentran en la piña y la papaya respectivamente, por lo que el consumo de estas frutas después de las comidas puede contribuir a que la digestión sea más fácil.

No obstante, dichas enzimas abundan más en otras partes de la planta que en el propio fruto, motivo por el que se suele recurrir a cápulas que las contienen en dosis superiores.

Aunque se lleve a cabo una alimentación equilibrada, si el aparato digestivo no puede transformar y absorber los nutrientes, resulta difícil gozar de una buena salud, por lo que si es necesario se puede recurrir al empleo de suplementos de enzimas, siempre bajo la supervisión de un especialista que valore la necesidad en cada caso, para asegurar el aprovechamiento de los nutrientes y evitar la acumulación de sustancias tóxicas en el organismo. Hay un grupo de enzimas, que con el envejecimiento y la enfermedad se van reduciendo.

Además, al cocinar los alimentos la mayor parte de las enzimas se destruyen y todo el trabajo tiene que ser realizado por nuestro sistema endocrino. Una suplementación regular con enzimas digestivos alivia la labor de nuestro páncreas y del resto del organismo.

Al empezar a consumirlas solemos notar:  Menos indigestiones y acidez, menos sensación de hinchazón y gases, mejor digestión de productos lácteos, menos alergias alimentarias debido a una mejor digestión de las proteínas. Las enzimas digestivas mejoran las condiciones de hernia de hiato y de las úlceras.

Tipos de enzimas para consumir

  • Proteasas: incluyendo papaína para ayudar en la digestión de proteínas. La papaína proviene de la papaya y se usa incluso para hacer más tierna la carne.
  • Amilasas: para la digestión de los almidones e hidratos de carbono.
  • Celulasa: para degradar la celulosa de las fibras. Extraída del Aspergillus oryzae, actúa degradando el almidón, el glucógeno y los polisacáridos específicos
  • Lactasa: para la digestión de los productos lácteos. Se extrae de levaduras y hongos.
  • Bromelaina: un enzima proteolítico que se encuentra en la piña fresca. Es una agente antiinflamatorio muy potente, ya que inhibe la producción de los agentes que producen dolor e inflamación (las prostaglandinas). No se recomienda tomarla mas de 2 semanas seguidas. Mujeres embarazadas y personas con trastornos sanguíneos, tensión alta y enfermedades hepáticas o renales no deberían tomar bromelaína. Puede aumentar el riesgo de hemorragias durante y después de una intervención quirúrgica. La Bromelaína puede aumentar la cantidad de antibióticos absorbidos por el cuerpo. Puede afectar la capacidad de coagulación, al combinarlos con los anticoagulantes puede llevar a hemorragias. Deben evitarse las combinaciones con: Warfarina, Clopidogrel y Aspirina. Puede aumentar el efecto de los sedantes.

Enzimas Pancreaticas

Las enzimas pancreáticas son parte de la pancreatina, que se produce en el páncreas. Este complejo está formado por proteasas, amilasas y lipasas.

Pueden ser útiles en el tratamiento de la candidiasis crónica. Además de digerir las proteínas, las proteasas mantienen el intestino delgado libre de parásitos.

Evitar las enzimas proteolíticas si se está tomando warfarina, aspirina u otro medicamento que licue la sangre.

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